La casa de la perla

Sin posibilidad de negociación A Constantine Atraeus no le bastaba con tener el control de Perlas Ambrosi si no conseguía que Sienna Ambrosi volviera a ocupar su cama. Sin embargo, Sienna no estaba dispuesta a ceder a las simples promesas ni a los planes de seducción de Constantine; por eso, él tuvo que redactar un contrato legalmente vinculante: le propuso matrimonio. Si Sienna accedía a casarse, podría salvar la empresa familiar que tanto significa para ella, pero le pertenecería para siempre. Se trataba de una unión que valía muchos millones y ese era un precio que Constantine estaba más que dispuesto a pagar. ¿Lo estaría también Sienna?