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No permitas que te ofenda

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No permitas que te ofenda: "—Pensábamos casarnos. Yo... quedé embarazada. Un día él hizo un viaje, tuvo un accidente y murió... Los señores, al saber mi estado, me echaron de casa. Yo... trabajé como pude hasta el día crítico. Me llevaron a un hospital. Al conocer mi situación, los médicos decidieron quitarme a la niña. Yo... hui aquella misma noche, aprovechando un descuido de la enfermera. Cogí a mi hija y salí corriendo. Llegué a la estación y subí... —¿Y qué piensa hacer ahora? —No... No... lo sé. "Vaya problema", pensó Rita, alarmada. "¿Qué puedo hacer yo para librar a esta mujer del tremendo peligro que está corriendo y a la vez de conservarle a su hija?" —Oiga... Oiga... La mujer no se movía. La niña lloraba desgarradoramente. Rita extendió la mano. La mantuvo quieta en el aire, como si no se atreviera a tocar a la enferma. —Oiga... La mujer tenía la cabeza ladeada y los ojos cerrados. —Oiga... La tocó al fin. Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza. —¡Cielos! — Exclamó poniéndose en pie—. ¡Cielos! Sacudió a la mujer. No se movía. —¡Dios de los cielos, está muerta!"